Albert Margalef construye un
brillante artículo sobre André Gorz y
Dorine Keir y su larga vida de amor juntos.
“Hay una sabiduría aquí con la que tiembla toda la metafísica, como en
algunas de las más inquietantes tragedias clásicas: podemos elegir la libertad
de mantener ese amor y esa pasión para toda la eternidad”. De esta manera
acaba su escrito. “Con la que tiembla
toda la metafísica”, es decir todo el esfuerzo intelectual, toda reflexión profundamente
lógica. Es difícil pensar en una relación amorosa tan larga en el tiempo y
vivida con una pasión afectiva tan profunda (“Hace
cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca”) como la
que Albert Margalef nos describe en su
artículo.
El final común de la vida de André
Gorz y Dorine Keir me ha hecho pensar en el final también compartido de la vida
de Stefan Zweig y su esposa,
horrorizados ante el avance del nazismo.
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