8/4/14

Grosseteste



El universo. El pensamiento en el siglo XIII en Europa. Un científico inglés. Precedente de las grandes aportaciones de Cusa, Kepler, Galileo y Bruno. Aristóteles y Ptolomeo como referentes milenarios. El concepto de esfera. Finitud e infinitud del universo (esfera exterior). La idea del paradigma.
Este antiguo documento, llamado «De Luce», de Robert Grosseteste, muestra una idea sorprendentemente parecida al Big Bang y la posibilidad de que nuestro Cosmos no sea el único
La idea de que el Universo que conocemos no es el único, sino que puede ser uno entre muchos otros ha intrigado a los cosmólogos modernos desde hace algún tiempo, siempre con una gran polémica. Mientras unos pocos son partidarios de esta posibilidad, otros la rechazan por completo. Pero parece que este concepto de multiverso ya pudo ser un tema de estudio en la Edad Media, según sugiere un texto en latín del siglo XIII.
Un equipo de científicos británicos ha llevado a cabo un estudio sobre este texto antiguo, llamado «De Luce», en el que se han encontrado indicios de que el filósofo inglés que lo escribió en 1225 ya jugaba con conceptos similares a los del multiverso. Se trata de Robert Grosseteste, considerado como «una de las mentes más deslumbrantes de su generación, alabado por sus sucesores como líder genio, teólogo, político y matemático».
Para descubrir las ideas de este filósofo, que las plasmó en el texto como si fueran ecuaciones matemáticas modernas, los investigadores utilizaron un ordenador para resolver estas ecuaciones, y para ver si eran capaces de ilustrar el Universo como Grosseteste lo había imaginado.
En esa época, el modelo cosmológico dominante fue el desarrollado por Aristóteles, quien postuló que había nueve planetas (llamados esferas), una dentro de la otra, con el planeta Tierra en el centro. En «De Luce», Grosseteste supone que el Universo nació de una explosión que empuja todo, la materia y la luz, a partir de un solo punto, una idea que es sorprendentemente similar a la moderna teoría del Big Bang .
«Al principio, la materia y la luz estaban vinculados entre sí. Pero la rápida expansión llevó finalmente a un 'estado perfecto', con la cristalización de la luz-materia y la formación de la esfera exterior -el llamado 'firmamento'- del cosmos medieval», escribió el filósofo británico.
Además, asume que la materia cristalizada también irradiaba una luz especial, a la que llama «lumen». Ésta es irradiada hacia el interior, recolectando la materia «imperfecta» que se encuentra, un comportamiento similar a la forma en que las ondas de choque se propagan en una explosión de supernova.
Por su parte, la materia «perfecta» cristaliza en otra esfera incrustada dentro de la primera y también irradia luz. Eventualmente, en el centro, la materia «imperfecta» restante forma el núcleo de todas las esferas, la Tierra.
Una descripción «exacta»
Después de simular a través del ordenador las ecuaciones expuestas por el antiguo científico, los investigadores descubrieron que el Universo imaginado por Grosseteste podría haberse formado exactamente como él lo describió. «Sorprendentemente, la simulación por ordenador muestra que la descripción de Grosseteste es exacta», ha señalado el autor principal, Richard Bower.
«Los resultados nos dan una apreciación mucho más profunda de la ciencia en el siglo XIII», ha añadido. A su juicio, este estudio, aceptado en las actas de Royal Society, demuestra que la comunidad científica moderna había «subestimado por completo la profundidad del argumento lógico en la Edad Media».
A pesar de este gran hallazgo, el razonamiento de Grosseteste tiene también sus fallos. Uno de
ellos es que su teoría sólo funciona si hay el número correcto de las esferas celestes y si están correctamente ordenadas, lo que ocurre sólo si hay puntos de partida muy específicas. «Por sí solas, las leyes de Grosseteste no son suficientes para producir el Universo en el que pensó que vivía», ha apuntado Bower.
De hecho, el filósofo medieval se dio cuenta de este problema. Para hacer frente a ello, añadió una razón de más para explicar por qué había «exactamente nueve esferas celestes más una imperfecta Tierra», una explicación similar al razonamiento aplicado en la cosmología moderna.
Hoy en día, las leyes de la mecánica cuántica y la relatividad general se utilizan para explicar el origen del Cosmos, pero no nos dicen la cantidad de materia normal, la materia oscura y la energía oscura en el Universo. «Para explicar esto, los cosmólogos a menudo apelan a alguna nueva teoría, como una teoría de la supersimetría, por ejemplo», ha explicado Bower.
En otras palabras, los modelos actuales trabajan para sólo ciertos valores específicos, y si los valores son elegidos al azar, la explicación falla. Así, para satisfacer estas condiciones, algunos físicos sugieren que existe un multiverso, de manera que, cualquier resultado puede explicarse si no en la nuestra, en un universo vecino.
De la misma manera, si los parámetros en el modelo de Grosseteste se modifican, habrá un número diferente de esferas alrededor de la Tierra. Y aunque «De Luce» nunca menciona el término multiverso, Bower cree que el filósofo «parece darse cuenta de que el modelo no predice una solución única, y que hay muchos resultados posibles (..) Él tiene que escoger un Universo de todas las posibilidades», concluye.

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