Arquitectos no humanos
Ni los otros seres vivos con
los que hemos compartido planeta eran tan básicos, ni las personas somos tan
lista como nos pensamos. Esta es una de las primeras conclusiones que se pueden
extraer a la luz del descubrimiento de una serie de estructuras realizadas hace 175.000 años en
las profundidades de una cueva.
La construcción, que se
encuentra en la cueva de Bruniquel, en el sur de Francia fue datada con nuevos
métodos. Con casi total seguridad, sus "arquitectos" fueron varios
neandertales porque en aquella época esta especie de homínido era la única que
habitaba la zona. Aún faltaban muchos miles de años para que nosotros
llegáramos a Europa. Este hallazgo nos obliga a adentrarnos en algunos de los
periodos más misteriosos de la historia evolutiva de las especies.
Los investigadores han
descubierto que aquellos inteligentes seres del sur de Francia que también
habitaron España, los neandertales, arrancaron unas 400 estalactitas y
estalagmitas de las paredes de las cuevas que luego dispusieron en forma
circular. Además, se han encontrado restos de producción de fuego sobre
ellas.
Lo más chocante es que fueron
fabricadas por una especie a la que no hemos atribuido grandes capacidades
cognitivas hasta ahora, a pesar de que su coeficiente cerebral es casi tan alto
como el nuestro. ¿Esto significa que aún arrastramos prejuicios sobre la
exclusividad del ser humano y su diferencia abismal del resto? Sí,
probablemente seguimos siendo presos de modelos mentales más propios de siglos
anteriores.
Ya existían evidencias de
construcciones humanas en el Paleolítico con un récord de 50.000 años.
Fabricaciones similares han sido descubiertas en la cueva de la Garma
(Cantabria) y en Lazaret (Francia). Por ejemplo, el uso de andamios para poder
pintar en zonas altas también tuvo que ocurrir a la fuerza en la cueva de el
Pendo (Cantabria), lugar donde existe un panel con varias ciervas a gran
altura, imposibles de realizar sin algún tipo de elevación artificial. En el
Pendo no hay rastros de perforaciones en la roca donde fijar los palos que
conforman un andamio pero en otras cuevas de Francia sí.
El posible carácter ritual y
la compleja organización necesarios para elaborarlos convierte a estas
estructuras con forma de anillo de Bruniquel en un descubrimiento
extraordinario. Pero no volvamos a caer en el error de la exclusividad. La
arquitectura también es practicada por otros animales. Son expresiones más
sencillas pero complejas y extraordinarias también.
Los primates más alejados del
ser humano, los prosimios (lemures, tarseros, lorisiformes y aye-ayes),
utilizan cavidades de los árboles como nidos para parir, cuidar de las crías y
descansar. Pero los grandes simios (orangutanes, bonobos, chimpancés, gorilas y
humanos), construimos nuestras propas viviendas.
Las estructuras más
interesantes elaboradas por animales no humanos corresponden a los nidos de los
grandes simios. Los chimpancés, por ejemplo son nómadas, lo que les obliga a
fabricar uno propio cada noche, donde duermen entre diez y doce horas.
Los fabrican doblando y
acomodando distintos tipos de ramas y hojas. Los materiales usados en los nidos
revelan una gran flexibilidad a la hora de su construcción. El clima, por
ejemplo influye decisivamente en su orientación. Los orangutanes construyen
nidos más refugiados durante las lluvias, al contrario que los chimpancés, que
los hacen más abiertos para facilitar el secado durante la mañana. Los de los
gorilas demuestran una mayor diversidad debido a que los hacen en el suelo.
También los refuerzan con heces, porque aíslan del frío.
Varias tribus de cazadores
recolectores que pasan varios días fuera de la aldea o son nómadas también los
construyen. La tribu de los Mbuti (República Democrática del Congo) fabrican
nidos que van usando en sus migraciones. Esta sociedad pasa muchas noches en la
selva y utilizan en sus lechos las mismas hojas que los gorilas.
Para construir uno de
calidad, se necesitan varios años de práctica y poseer algunos conocimientos,
como demuestran los estudios. Una vez aprendida la técnica, los
chimpancés tardan aproximadamente 20 minutos en su elaboración.
Mi querido y admirado Jordi
Sabater Pí dedicó parte de su investigación en Guinea Ecuatorial a investigar
esta cuestión. Él comprendió rápidamente que había muchas similitudes entre los
nidos de los grandes simios y las construcciones en las viviendas humanas de
las sociedades tradicionales de Guinea. Incluso publicó un delicioso libro
llamado Etología de la vivienda humana en el que compara ambos
tipos.
Toda
la información apunta una vez más a la idea de que casi nada ha sido inventado
por nosotros y las capacidades para crear y construir hunden sus raíces en el
pasado más remoto, mucho antes de que aparecieran los primeros humanos hace
200.000 años en África.
Pablo
Herreros
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/yomono/2016/05/28/arquitectos-no-humanos.html
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