27/6/14

Emigración infantil hacia los EEUU



En busca de una oportunidad. Arriesgada emigración infantil hacia los EEUU desde los países del centro y sur de América. Buscando la prosperidad y la libertad.

18/6/14

Julián Marías



Nueva aportación de José García Domínguez sobre un tema filosófico. Ejemplaridad intelectual y moral de Julián Marías. Intolerable e inepto trato hacia él por parte tanto de la dictadura franquista como de la democracia. Lucidez y valor en el tratamiento del tema “España”.
Julián Marías, uno de los nuestros
Decía el viejo Pla que nada hay en este mundo más parecido a un español de izquierdas que un español de derechas. Y como casi siempre, tenía razón. He ahí, sin ir más lejos, el parejo trato mezquino que diestra y siniestra brindaron en vida a Julián Marías, aquel español tan improbable del que ahora se cumple el centenario. España, siempre presta a rendir culto a charlatanes, toreros y futbolistas, sigue teniendo a gala el maltratar a sus mejores cabezas. Y Marías no iba a encarnar la excepción. Fiel a esa arraigada tradición nacional, el franquismo supo ser rastrero hasta la iniquidad con su figura. El que un hombre de la talla intelectual de Marías tuviese vetado el acceso a la docencia universitaria de por vida indica por sí solo la condición abyecta de aquella dictadura.
Aunque la democracia no resultó mucho más generosa. Marías molestaba porque su insobornable dignidad personal, el no haberse rebajado nunca a adular al régimen en procura de alguna migaja del festín, suponía un agravio permanente para tantos espíritus lacayos como los que, desde siempre, pueblan la cultura oficial española. Julián Marías era independiente, de verdad, no de boquilla. Y eso en España no se perdona nunca. Su moderación, su sensatez, su repudio del espíritu rifeño y guerracivilista tan caro siempre a la feligresía patria, su apuesta por la razón y el matiz frente al cojonudismo casticista, su voz pausada en medio del griterío de verduleras ibérico, su proceder todo hizo de su paso por esta tierra ingrata una novedad extravagante.
Es sabido, por lo demás, que en España no resulta de buen tono pensar sobre España. Esa palabra, España, se ha berreado mucho, siempre con cierto timbre cuartelero y algún hedor a ajo, pero poco se ha meditado en torno a ella en nuestro tiempo. España, huelga decirlo, es un asunto de fachas. Y de ahí los Madina y los Iceta, esos alegres aliados de sus sepultureros, que ahora mismo habitan en las portadas de los periódicos. Por eso, resulta más inexcusable que nunca leer a Julián Marías. Rémora última de la leyenda negra, el tópico de la anormalidad hispana, el manido "España es diferente" sobre el que bascula nuestro enfermizo auto-odio como nación; ese transversal desprecio contra nosotros mismos que iguala a nihilistas de derecha e izquierda; esa profunda ignorancia compartida acerca de lo que somos fue lo que le empujó a componer uno de los libros imprescindibles para saber qué es España y qué somos los españoles. Me refiero, el lector lo habrá adivinado, a España inteligible, texto que debiera constituir lectura obligatoria en todas las aulas del país. Siempre fue de los nuestros.  

16/6/14

Weidermann. El nazismo y la prohibición de libros



Libros heroicos. Zweig y Roth. El poder de la literatura. Totalitarismo y literatura. No es imposible que en algún país europeo vuelva a vivirse la prohibición de libros tal como se vivió en la Alemania nazi. El miedo del totalitarismo ante la libertad literaria y artística.

10/6/14

Iliá Ehrenburg. César Antonio Molina.


 A la espera de un Núremberg para el comunismo soviético.

Iliá Ehremburg: omisión de auxilio y silencio. Nunca tuvo miedo. Desconocía la existencia de la democracia.“Me repugna Ehrenburg” ( Canetti)

6/6/14

Santiago Posteguillo. Africanus, el hijo del cónsul




Dejando aparte a Aníbal, en la novela destacan tres personajes:
Quinto Fabio Maximo es una de los más decisivos ciudadanos de la Roma de finales del siglo III aC. De gran inteligencia y de insaciable ambición de poder. Ésta le lleva a la traición, si es necesaria, al abuso de poder, a la inhumanidad y a la atrocidad.
Publio Cornelio Escipión coincide con el anterior en su gran inteligencia y se diferencia en casi todo lo demás: aspira al poder no por el poder mismo sino por ser útil a la sociedad, de gran valor personal, ejemplar en su humanidad, en su trato con sus subordinados y con los vencidos. Su interés cultural no tiene límites, de ahí su estudio del pensamiento y el teatro romano y griego.
Tito Macio Plauto, que llega a ser un prestigioso autor teatral, superando una situación personal desesperada.