Literatura
comprometida. Desigualdad étnica y social. Totalitarismo y democracia. Miseria.
Discriminación. Solidaridad. Activismo. Disidencia. Nelson Mandela.
Nadine Gordimer. Se apaga la
insobornable voz que combatió el apartheid
La escritora sudafricana, premio Nobel de
Literatura en 1991 falleció a los 90 años, en su casa de Johannesburgo.
Nadine
Gordimer (Springs, 1923) falleció «apaciblemente» el domingo, a los 90 años, en
su casa de Johannesburgo acompañada de sus hijos, Hugo y Oriane. Ponía así fin
a una vida dedicada a la literatura hasta sus últimos compases, con la
publicación de «Mejor hoy que mañana» (Acantilado, 2012). Sus quince novelas y
decenas de relatos cortos la convirtieron en una de las principales voces de la
literatura contemporánea y en la más prominente autora de Sudáfrica. En 1991
obtuvo el Nobel de Literatura. Tenía 67 años y era la primera mujer que recibía
el prestigioso galardón desde 1966.
Activista
y amiga personal del expresidente sudafricano Nelson Mandela, Nadine Gordimer
recogió en su obra el trauma y la violencia del racismo, la injusticia y la
segregación del régimen del apartheid a través de las relaciones de sus
personajes. Retrató la vida casi feudal de las granjas sudafricanas, los
callejones de Soweto donde se fraguaba el movimiento de liberación negro y las
relaciones serviles de los suburbios de Johannesburgo, siempre desde la
perspectiva de una minoría blanca encarcelada en sus propios privilegios.
La
autora supo recoger los sentimientos de una clase media liberal repugnada por
la injusticia y el racismo del apartheid, que acabó necesariamente chocando
contra el sistema. El régimen racista censuró tres de sus novelas –«Un mundo de
extraños», «La hija de Burger» y «El último mundo burgués– donde denunciaba el
racismo y la claustrofobia política del apartheid, y continuó después de la
liberación democrática mostrando la corrupción del nuevo Gobierno y las
desigualdades de clase entre blancos y negros, tan perniciosas como aquellas
que impuso la segregación racial durante 40 años.
«Todo
era racista»
Pero
la escritora sudafricana quiso siempre separar su literatura de la propaganda y
el activismo político. «Utilicé la vida que me rodeaba y todo a mi alrededor era
racista», dijo en una entrevista de 1990. «Hubiera sido una escritora en
cualquier lugar, pero en mi país, escribir significaba confrontar el racismo».
Hija de inmigrantes europeos de clase media, su conciencia política se vio
influenciada por la experiencia de su padre, un joyero de Letonia, en los
campos de refugiados de Rusia, y por el activismo de su madre, una inglesa de
origen judío que llegó a abrir una guardería para niños negros indignada por la
pobreza y la discriminación de la población africana.
Gordimer
mostró en su primera novela, «Días de mentiras (1953), el despertar político de
una joven en la pequeña ciudad minera de Springs, su localidad natal, donde su
protagonista comienza a ser consciente de la vida de sus compatriotas africanos
y conecta con estudiantes negros en una ambiente de disidencia. Su segunda
novela, «Ocasión para amar», pone en primer plano la opresión del apartheid en
las vidas de sus personajes; un escenario que acompañará el resto de sus
novelas. La matanza de Sharpeville en 1960, en la que 69 trabajadores negros
fueron masacrados por la Policía, llevó a Gordimer al activismo político, más
allá de la ficción.
Compañera
de los abogados de Nelson Mandela, Braam Fischer y George Bizos, y militante
del Congreso nacional Africano (CNA), la autora sudafricana colaboró en la a
edición del famoso alegato del expresidente en el Juicio de Rivonia de 1964, cuando
fue condenado a cadena perpetua. Su defensa por la mayoría negra hizo que
Gordimer fuera una de las primeras personas con las que Nelson Mandela quiso
reunirse tras convertirse en 1994 en el primer presidente negro de la historia
de Sudáfrica, después de pasar 27 años en prisión.
La
pérdida de Nadine Gordimer, «que amó profundamente Sudáfrica, su cultura, su
gente y su lucha por hacer realidad su nueva democracia», como apuntó su
familia en un comunicado, ha sido recibida con tristeza y consternación en el
país. La Fundación Nelson Mandela envió sus condolencias a la familia y la
calificó de «una gran escritora, una patriota y una de las voces más fuertes
por la igualdad y la democracia en el mundo entero». El portavoz de la
Presidencia de Sudáfrica, Mac Maharaj, señaló que la autora ha sido una de las
figuras sudafricanas más destacadas y agradeció su papel en la lucha por la
liberación de la población negra y la derrota del apartheid.
15
jul. 2014 ABC JAIME VELÁZQUEZ
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