29/7/14

Nadine Gordimer



Literatura comprometida. Desigualdad étnica y social. Totalitarismo y democracia. Miseria. Discriminación. Solidaridad. Activismo. Disidencia. Nelson Mandela.

Nadine Gordimer. Se apaga la insobornable voz que combatió el apartheid
La escritora sudafricana, premio Nobel de Literatura en 1991 falleció a los 90 años, en su casa de Johannesburgo.
Nadine Gordimer (Springs, 1923) falleció «apaciblemente» el domingo, a los 90 años, en su casa de Johannesburgo acompañada de sus hijos, Hugo y Oriane. Ponía así fin a una vida dedicada a la literatura hasta sus últimos compases, con la publicación de «Mejor hoy que mañana» (Acantilado, 2012). Sus quince novelas y decenas de relatos cortos la convirtieron en una de las principales voces de la literatura contemporánea y en la más prominente autora de Sudáfrica. En 1991 obtuvo el Nobel de Literatura. Tenía 67 años y era la primera mujer que recibía el prestigioso galardón desde 1966.
Activista y amiga personal del expresidente sudafricano Nelson Mandela, Nadine Gordimer recogió en su obra el trauma y la violencia del racismo, la injusticia y la segregación del régimen del apartheid a través de las relaciones de sus personajes. Retrató la vida casi feudal de las granjas sudafricanas, los callejones de Soweto donde se fraguaba el movimiento de liberación negro y las relaciones serviles de los suburbios de Johannesburgo, siempre desde la perspectiva de una minoría blanca encarcelada en sus propios privilegios.
La autora supo recoger los sentimientos de una clase media liberal repugnada por la injusticia y el racismo del apartheid, que acabó necesariamente chocando contra el sistema. El régimen racista censuró tres de sus novelas –«Un mundo de extraños», «La hija de Burger» y «El último mundo burgués– donde denunciaba el racismo y la claustrofobia política del apartheid, y continuó después de la liberación democrática mostrando la corrupción del nuevo Gobierno y las desigualdades de clase entre blancos y negros, tan perniciosas como aquellas que impuso la segregación racial durante 40 años.
«Todo era racista»
Pero la escritora sudafricana quiso siempre separar su literatura de la propaganda y el activismo político. «Utilicé la vida que me rodeaba y todo a mi alrededor era racista», dijo en una entrevista de 1990. «Hubiera sido una escritora en cualquier lugar, pero en mi país, escribir significaba confrontar el racismo». Hija de inmigrantes europeos de clase media, su conciencia política se vio influenciada por la experiencia de su padre, un joyero de Letonia, en los campos de refugiados de Rusia, y por el activismo de su madre, una inglesa de origen judío que llegó a abrir una guardería para niños negros indignada por la pobreza y la discriminación de la población africana.
Gordimer mostró en su primera novela, «Días de mentiras (1953), el despertar político de una joven en la pequeña ciudad minera de Springs, su localidad natal, donde su protagonista comienza a ser consciente de la vida de sus compatriotas africanos y conecta con estudiantes negros en una ambiente de disidencia. Su segunda novela, «Ocasión para amar», pone en primer plano la opresión del apartheid en las vidas de sus personajes; un escenario que acompañará el resto de sus novelas. La matanza de Sharpeville en 1960, en la que 69 trabajadores negros fueron masacrados por la Policía, llevó a Gordimer al activismo político, más allá de la ficción.
Compañera de los abogados de Nelson Mandela, Braam Fischer y George Bizos, y militante del Congreso nacional Africano (CNA), la autora sudafricana colaboró en la a edición del famoso alegato del expresidente en el Juicio de Rivonia de 1964, cuando fue condenado a cadena perpetua. Su defensa por la mayoría negra hizo que Gordimer fuera una de las primeras personas con las que Nelson Mandela quiso reunirse tras convertirse en 1994 en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica, después de pasar 27 años en prisión.
La pérdida de Nadine Gordimer, «que amó profundamente Sudáfrica, su cultura, su gente y su lucha por hacer realidad su nueva democracia», como apuntó su familia en un comunicado, ha sido recibida con tristeza y consternación en el país. La Fundación Nelson Mandela envió sus condolencias a la familia y la calificó de «una gran escritora, una patriota y una de las voces más fuertes por la igualdad y la democracia en el mundo entero». El portavoz de la Presidencia de Sudáfrica, Mac Maharaj, señaló que la autora ha sido una de las figuras sudafricanas más destacadas y agradeció su papel en la lucha por la liberación de la población negra y la derrota del apartheid.
15 jul. 2014 ABC  JAIME VELÁZQUEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario