Una gran aventura para
desentrañar en último misterio de Leonardo
Más
de un centenar de científicos aúna sus fuerzas en un proyecto único: dar con el
ADN del genio. No sólo quieren conocer cómo era su físico, sino también su
dieta y sus hábitos de salud
Pocos estudios científicos
son capaces de aunar a tanto talento con un solo objetivo. La lista de
investigadores principales embarcados en éste supera el medio centenar y entre
las instituciones que los avalan (una decena) se encuentran algunas tan
prestigiosas como el Instituto de Paleontología de París, el Centro Internacional
de Estudios de la Humanidad de Florencia, el laboratorio de identificación
genética de Granada, la Universidad Rockefeller de Nueva York y el Instituto
Craig Venter de California. La misión: desvelar los últimos misterios que nos
quedan por conocer sobre la vida de Leonardo da Vinci, acudiendo a los genes si
es necesario.
Se llama Proyecto Leonardo y
ayer se hicieron públicas algunas de sus líneas de investigación en un número
especial de la revista «Human Evolution». Y lo cierto es que el trabajo
se asemeja mucho a recientes aventuras similares que hemos vivido algo más
cerca, por ejemplo, la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en el
madrileño convento de las Trinitarias. No en vano, el Proyecto Leonardo también
incluye el uso de tecnologías de georradar en algunas iglesias italianas para
tratar de corroborar la localización exacta de los restos mortales del padre y
algunos otros familiares del genio del Renacimiento.
El trabajo se ha visto
recientemente espoleado por el anuncio de que un grupo de científicos está
estudiando la huella genética de algunos descendientes de familiares de
Leonardo que viven en la actualidad. Una vez obtenidos los permisos necesarios,
los expertos compararán el ADN de familiares pasados y presentes del pintor con
trazas físicas (pelo, huesos, uñas, células de la piel) relacionadas con él y
su entorno.
Esta ambiciosa empresa cuenta
con apoyo institucional, el del Consiglio Regionale della Toscana.
Los expertos embarcados
cubren un amplio abanico de especialidades: historiadores, antropólogos,
genealogistas, microbiólogos, genetistas... dispuestos a dibujar el más
completo perfil jamás obtenido del genio nacido en 1452 y enterrado en Amboise,
al sur de París, tras morir a los 67 años de edad. Pero la tarea no es sencilla,
ya que, al igual que ocurrió con los cadáveres de Cervantes o del rey Ricardo
III de Inglaterra, la localización exacta de la tumba no es del todo conocida. ¿Qué
información pretende obtener el Proyecto Leonardo?
Quizá lo más llamativo sea
que, si se logra precisar la información genética correcta y se modelan algunos
de sus restos óseos, podría obtenerse una imagen bastante ajustada de cómo era
el rostro del genio. Pero, además de su aspecto físico, hay otras
características del difunto que interesan a la ciencia. Su dieta, su estado de
salud, sus hábitos, los lugares en los que residió... Todo ello está escondido
en la combinación única de genes y de huesos que aún no ha sido desvelada.
Todo comenzará, en cualquier
caso, con la localización exacta de sus restos, que en teoría deberían estar
enterrados en algún lugar de la capilla de Saint Hubert en el Châteu d’Amboise.
A partir del estudio físico
de sus remanentes, los científicos creen poder inferir interesantes
informaciones sobre la genialidad de aquel personaje. Por ejemplo, se podrá
investigar su aparato visual, que, probablemente, fuese responsable de su forma
única de entender el arte y la creatividad.
Otra área de trabajo que
llama poderosamente la atención es el estudio del ADN depositado en las propias
obras de arte. Se usarán tecnologías realmente avanzadas que pueden extraer
información genética de los tejidos y restos albergados en las pinturas desde
hace siglos. Incluso podrán estudiarse las huellas dactilares dejadas por el
artista en sus cuadros o libros de notas con la esperanza de hallar alguna
información genética que pueda cotejarse con los restos exhumados o con los
genes de sus descendientes.
Toda una empresa de
innovación, creatividad y misterio que sin duda hubiera hecho las delicias del
propio Leonardo en su momento.
05 de mayo de 2016 La
Razón Jorge Alcalde.
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