POSIBLE
HALLAZGO DE LA LA TUMBA DE ARISTÓTELES
Estar
delante de la tumba de Aristóteles, sobre todo si
eres filósofo, debe ser emocionante. Casi todo lo que pensamos, las ecuaciones
irresolubles que nos plantean la ética y la política en este siglo XXI, nacen
de sus ideas de algún modo y de su mirada empírica al mundo. Lo confirma a ABC, en conversación telefónica, Tomás Calvo,
único ponente de nuestro país en el congreso internacional dedicado al filósofo
griego que se desarrolla estos días en Tesalónica, coincidiendo con el
2.400 aniversario de su nacimiento en 384 a. C. Este profesor visitó este viernes
la tumba en Estagira, y nos cuenta sus impresiones.
La
populosa ciudad es estos días un hervidero de ponencias y términos
aristotélicos. Más de 250 expertos
mundiales concentran allí todo lo que sabemos del estagirita. Por eso,
ayer, el arqueólogo Costas Sismanidis, responsable de la excavación
en la localidad natal de Aristóteles, acompañó
a los participantes en el congreso en una visita muy especial.
Una patria hermosa
«Lo
primero que pensamos al llegar allí es la belleza de la patria aristotélica. El
sitio está junto al mar, en medio de una vegetación
frondosa y eso ya emociona». Como no se conserva prácticamente
nada directamente relacionado con Aristóteles, la excursión resultó, como es
lógico, muy emocionante para el grupo de especialistas.
Calvo
habló ayer con Sismanidis sobre el hallazgo, basado en lo que llama «pruebas circunstanciales: la pena es que no se
ha encontrado ni una sola inscripción en el yacimiento, que
nombre a Aristóteles, lo que sería una prueba definitiva». sin embargo destaca
que para los Griegos, y sobre todo en Tesalónica y el norte, es un hallazgo importante.
Durante los úlimos años ha sido palpable el interés por los hallazgos
relacionados con Alejandro y su época en el norte de Grecia.
«La
muralla bizantina, construida mil años después de muerto Aristóteles, parte el mausoleo por la mitad,
pero entre los restos han encontrado unas monedas y otros restos. El edificio público estaba ahí,
sin duda, de la época posterior a la muerte de Alejandro». Asociado al mausoleo
se encuentran las huellas de un altar, porque «los estagiritas debían reunirse aquí, para discutir sus problemas»,
una tradición cívica que también resulta pertinente recordar, puesto que fue
una de las mayores preocupaciones del filósofo, que llamaba al
hombre «animal político».
Además
los arqueólogos se han apoyado en una biografía de Aristóteles
del siglo IV d. C. que conocemos en una traducción árabe del
siglo VIII, muy tardía, en la que se cuenta que los estagiritas acudieron a Eubea a solicitar las
cenizas del filósofo, porque había muerto allí, y que las
llevaron a la ciudad natal con gran solemnidad. Según este testimonio, se
reunían en el edificio de la tumba, de ahí que las losetas de mármol que revelan la existencia de
un altar sean importantes. Pero es otra prueba indirecta, según
subraya Calvo.
Por
ello, el especialista concluye: «Mi opinión es que es
posible, es verosímil, pero no podemos afirmarlo al cien por cien por
la falta de pruebas».
Jesús García Calero 27/05/2016
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