Muy
interesante artículo sobre el debate filosófico y científico sobre la
existencia o no de Dios. El autor resume algunas de las ideas que se defienden
en la obra The Grand Design,
de Hawking
y Mlodinow. En este libro los autores afirman que actualment la Ciencia ya
puede demostrar que Dios no existe : el Universo se explica por sí mismo. El
autor contrapone esta idea a la idea de un gran diseño o inteligencia superior defendida por autores com Einstein,
Newton o Aristóteles. Este artículo es un buen recurso para familiarizarnos con
el debate filosófico y científico sobre la existencia o no de Dios, sobre la
opinión de importantísimos pensadores sobre el tema y sobre las diferentes actitudes que podemos tomar en
relación a la creencia o no en Dios.
THE GRAND DESIGN. SIN NOTICIAS DE DIOS
La polémica continúa. Hace
unas cuantas décadas, en una carta a su colega Niels Bohr, Albert Einstein
afirmó: "Dios no juega a los dados". No era la
primera vez que utilizaba esta metáfora. Bohr
le respondió que dejara de decirle a Dios lo que tenía que hacer.
Einstein ponía en duda la incertidumbre en el comportamiento de la materia que postulaba la física cuántica. No había nada errático o aleatorio. Simplemente, no conocíamos las variables ocultas. Luego añadió: "A través del universo incomprensible se manifiesta una inteligencia superior infinita".
Einstein ponía en duda la incertidumbre en el comportamiento de la materia que postulaba la física cuántica. No había nada errático o aleatorio. Simplemente, no conocíamos las variables ocultas. Luego añadió: "A través del universo incomprensible se manifiesta una inteligencia superior infinita".
Einstein estaba entre los genios persuadidos de que
había un "gran diseño" tras la Creación. Stephen
Hawking, el gran físico británico, y el no menos brillante Leonard Mlodinow
acaban de negar esa posibilidad en un libro que estimulará una enorme (y
bienvenida) discusión. Se
titula, precisamente, The Grand Design,
y, a juzgar por los cables, en sus páginas se postula que las pruebas que
aporta la física actual demuestran que Dios, esa inteligencia superior a que se
refería Einstein (y Aristóteles,
y Newton), no existe. El
universo se rige por leyes que no tienen nada de divinas y la materia se
transforma en el tiempo como consecuencia de fenómenos que ocurren sin que haya
un plan o una voluntad superior. No
sólo Dios no existe, sino que los dados juegan solos, impulsados por una
fuerza ciega e inconsciente que genera la vida -la nuestra y la de los 208
virus de resfriado- como provoca ciclones, expande las galaxias en el espacio y
crea universos incesantemente.
En realidad, Hawking y Mlodinow tampoco demuestran
nada de una manera definitiva. Afirmar
que Dios no existe, pero sí la Ley de Gravedad o la selección natural de las
especies, nos precipita inmediatamente a una pregunta: ¿y de dónde salieron
esas leyes?
¿Por qué la luz viaja a una velocidad constante? ¿Cómo y cuándo se forjaron las reglas que afectan a la materia y a la vida? De acuerdo: hace unos cuantos miles de millones de años se produjo el Big Bang, la gran explosión primigenia que dio origen a nuestro universo (parece que hay otros), pero este fenómeno sucedió con arreglo a unas leyes preexistentes: cómo se formularon? Hay, por supuesto, una respuesta perfecta, que es, también, una perfecta tautología: la materia sólo puede existir si hay leyes que le dan forma. La existencia de moléculas y de un mundo subatómico presupone un orden. La materia, afirman, y las leyes que la gobiernan han existido siempre. Sin embargo, estas reglas que han existido siempre no se aplican rígida y uniformemente. En el universo no hay una inevitable relación causa-efecto: el azar tiene un papel central en los cambios materiales.
¿Por qué la luz viaja a una velocidad constante? ¿Cómo y cuándo se forjaron las reglas que afectan a la materia y a la vida? De acuerdo: hace unos cuantos miles de millones de años se produjo el Big Bang, la gran explosión primigenia que dio origen a nuestro universo (parece que hay otros), pero este fenómeno sucedió con arreglo a unas leyes preexistentes: cómo se formularon? Hay, por supuesto, una respuesta perfecta, que es, también, una perfecta tautología: la materia sólo puede existir si hay leyes que le dan forma. La existencia de moléculas y de un mundo subatómico presupone un orden. La materia, afirman, y las leyes que la gobiernan han existido siempre. Sin embargo, estas reglas que han existido siempre no se aplican rígida y uniformemente. En el universo no hay una inevitable relación causa-efecto: el azar tiene un papel central en los cambios materiales.
Mi
impresión es que, si bien el primer libro de Hawking, Una breve historia del tiempo, publicado en los años ochenta, donde
admitía la posibilidad de la existencia de Dios, reforzó el bando de los
creyentes en el mundo académico, este
de ahora, más que aumentar el número de los ateos, reforzará el de los
agnósticos, ese creciente porcentaje de personas escépticas, melancólicamente
incapaces de asegurar ni de negar la existencia de Dios porque no tienen
elementos de juicio para emitir una opinión definitiva basada en
la razón, mientras tampoco gozan de las certezas que emanan de una fe
religiosa.
Si esta es la consecuencia de The Grand Design, bienvenida sea. En
un mundo tensado por los fundamentalismos religiosos, en los que abundan los
gobernantes y líderes políticos convencidos de que conocen las intenciones de
Dios, lo que los hace peligrosamente belicosos, es muy saludable que proliferen
quienes, humildemente, declaran no saber casi nada.
Libertad
Digital 09/12/10 Carlos Alberto Montaner
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