Los 25 años de 'El mundo de
Sofía'
A Jostein Gaarder, el autor
noruego más internacional (con permiso de Ibsen y aún por delante de Karl Ove
Knausgard), El mundo de Sofia le cambió la vida. Aquella larga novela
para jóvenes sobre la historia de la filosofía, que el entonces profesor de
religión no creía que vendiera más de unos cientos de ejemplares, traspasó los
muros de su país y conquistó el mundo tras ser aclamada en Alemania. Era 1991.
Ha pasado un cuarto de siglo,
y la Feria del Libro de Fráncfort (19-23 de octubre) homenajeará al escritor
noruego al cumplirse los 25 años de El mundo de Sofia, libro que tuvo un
éxito inmediato.
Pero, ¿qué tenía esta novela,
la primera de un autor desconocido, para impactar de ese modo y convertirse en
un fenómeno, no solo literario?
Gaarder, con la perspectiva
que le da el tiempo, trata de entenderlo: "Dos años antes había caído el
muro de Berlín. Estábamos cambiando de época. Se buscaban cosas nuevas. El
mundo se abrió a otras ideas. También, la mente... La filosofía empezó a
interesar a todos. La gente se preguntaba: ¿cuáles son los valores? ¿cómo
funciona una democracia?... La sociedad se estaba haciendo más laica y la Iglesia
perdió el monopolio de dar las respuestas a las grandes preguntas
universales".
Estas son algunas de las
explicaciones que se le ocurren a Jostein Gaarder, y que las enumera en Madrid,
por donde pasó para festejar los 25 años de Siruela, la editorial que ha
publicado toda su obra y que tiene una colección entera dedicada al escritor
noruego.
En España, El mundo de
Sofia ha superado la cuota de los 1,2 millones de ejemplares vendidos y
sigue despachándose a buen ritmo todos los años.
El argumento de este clásico
del siglo XX es muy simple: Sofia, una chica que está a punto de cumplir 15
años, recibe un día, en el buzón de su casa, una carta con dos preguntas.
¿Quién eres? ¿De dónde vienes? A partir de ese momento, la adolescente se
replanteará su vida. que irá cambiando a medida que sigue recibiendo cartas en
las que se le explica la historia de la filosofía y las ideas de los grandes
pensadores occidentales. Estas misivas servirán para que la joven reflexione y
vaya desarrollando su identidad.
El enorme éxito de El
mundo de Sofía (traducida a 61 lenguas y con cerca de 50 millones de ejemplares
vendidos) ha ensombrecido el resto de la obra de Gaarder, que lleva más de 20
títulos. Entre ellos, el noruego destaca La Tierra de Ana, quizás su
novela favorita, ya que trata sobre un asunto con el que se siente muy
comprometido: el (negro) futuro del planeta.
La novela tiene un claro
mensaje ecologista, de alarma y prevención sobre los peligros de no respetar la
naturaleza. "Es una fábula sobre el medio ambiente, un libro que tenía que
escribir, aunque reconozco que literariamente no es mi mejor obra".
Al margen de El mundo de
Sofía, que se puede considerar un libro de iniciación, si tuviera que
recomendar uno de sus títulos a un lector que no conociese su obra, Jostein
Gaarder dudaría entre El misterio del solitario, "una de mis
mejores historias", asegura, "Vita brevis, El enigma y el espejo
o La joven de las naranjas".
Una parte de esta última
novela sucede en Sevilla, en la Plaza de la Alianza del barrio de Santa Cruz,
bajo los naranjos. Ahí se fraguará esa historia de amor, que se había iniciado
como enamoramiento, enigma y persecución, años atrás por las calles de Oslo. Y
ésta es la historia que le cuenta el padre (fallecido) a su hijo en una larga
carta, donde le formula la gran pregunta que él mismo se había hecho años
antes: «¿Hubiera elegido vivir una vida en la Tierra sabiendo que un día me
sería arrebatada, tal vez en medio de una gran felicidad?»
Otra de sus novelas con
paisaje español es Maya. Gaarder es un enamorado de Andalucía y viaja al sur
siempre que puede. "Hay algo que me une a esta tierra y hace que me sienta
muy cómodo entre su gente".
El autor noruego reconoce que
sus libros persiguen que el lector se acostumbre a pensar de forma crítica. ¿Y
que es pensar? "Plantearse preguntas". Quizás por esa razón, a
Gaarder se le conoce como el hombre de las preguntas. Y señala: "El
mundo de Sofia sirvió para derrumbar los viejos prejuicios de que la
filosofía es algo académico, aburrido, difícil, y se pudo colocar en el
mercado, hacerla accesible a todos; porque el ser humano, asombrado ante el
mundo, tiende a hacerse preguntas".
La novela lleva como
subtítulo Un viaje por la historia de la filosofía. Gaarder opina ahora
que se debería matizar y añadir "occidental". "Cuando la
escribí, no pude imaginarme la repercusión mundial que ha tenido, y básicamente
me limité a reflejar en sus páginas la filosofía europea. Se quedaron al margen
los pensadores orientales, a los que rescato, en cierto modo, en El libro de
las religiones. Por eso no voy a escribir una versión ampliada de El
mundo de Sofía".
Si tuviera que elegir a un
filósofo, o más exactamente, a alguien con quien irse a tomar un café y
conversar, Gaarder se quedaría con tres nombres que, curiosamente, no
escribieron ni una sola línea. Cada uno de ellos puede considerarse un enigma: Sócrates,
Jesucristo, "el mayor filósofo moral de la Historia", y Buda, que fue
también "un gran psicólogo". Entre los filósofos académicos, se
siente atraído por el personaje de Spinoza.
Con el dinero de El mundo
de Sofía, Gaarder se compró una gran casa y creó una fundación que concede
anualmente un cuantioso premio al mejor proyecto en defensa de la naturaleza.
Es su gran preocupación: el mundo que vamos a dejar a nuestros nietos, y no se
siente muy optimista al respecto.
En cuanto al presente opina:
"Los tres grandes problemas con los que nos enfrentamos son los
ambientales, la yihad y el terrorismo y la opresión de la mujer. Y los tres
están interrelacionados".
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