15/9/14

La filosofía se va de fiesta




La filosofía se va de fiesta a Módena

Unas 200.000 personas participarán en el Festival de Filosofía de Módena, Carpi y Sassuolo, que este año girará en torno al concepto de gloria. | El filósofo español Javier Gomá intervendrá el domingo en la iglesia de San Carlos de Módena.
Lecturas, conciertos, performances, lecciones magistrales, cine, teatro y hasta un menú gastronómico especial para filósofos. Así, con marcado carácter festivo, se celebra el saber a partir de este viernes en el Festival de Filosofía de Módena, Carpi y Sassuolo, cuyas lecciones, en esta decimocuarta edición, girarán en torno al concepto de gloria. Cincuenta clases, de entre un total de 200 actividades, indagarán en este término difuso, difícil de concretar, incluida una lección magistral del filósofo español Javier Gomá, que se ha hecho un hueco en el cartel junto a treinta y cuatro pensadores italianos, como Alessandro Baricco o Remo Bodei, y doce figuras de relieve internacional entre los que se encuentran Zygmunt Bauman o Marc Augé.
El formato del evento -"un acierto", según Gomá- quiere huir de las restricciones a que obliga el clásico congreso académico y de este modo acercarse a lo que entendemos por festival; esto es, una fiesta. El programa fundamental es el filosófico, pero junto a los filósofos participan novelistas y artistas, lo que proporcionará una riqueza obvia de puntos de vista. Se trata de celebrar la vida, el arte y el pensamiento. Los organizadores calculan que participarán alrededor de 200.000 personas, una cifra más que sorprendente para unas jornadas de este tipo. "Aunque el número de asistentes del año pasado sigue siendo impresionante, empieza uno a entender esa movilización general, a la que contribuyen también unas instituciones municipales que, según parece, ofrecen su total apoyo", dice Gomá.
El filósofo Remo Bodei, según explicó a la prensa local, cree que el tema elegido es perfectamente contemporáneo: "Podría pensarse que la gloria es un término obsoleto, pero hoy está muy presente: la gloria pasada hizo duradera la memoria de los desaparecidos, como una escalera para subir al cielo y la inmortalidad". La amplitud del término prescribe un análisis múltiple, dice Bodei, pues gloria es la de los monumentos y el arte, una gloria duradera, inmortal, pero también, aunque alcanzada a través de un acto despreciable, la de Chapman, el asesino de John Lennon, o la de los mafiosos y otros delincuentes, para los que, a menudo, la gloria es un asunto central, o la de los futbolistas y demás estrellas mediáticas, de cuya gloria, dice el filósofo, no hay que burlarse, ya que "estos héroes están ahí porque no proporcionamos modelos más altos".
Gomá está de acuerdo con el pensador italiano. Opina que la gloria, tal y como se entiende hoy, es decir, confundiéndola con la celebridad, está sometida al capricho de la opinión pública. Varios pensadores tratarán de delimitar la frontera entre ambos términos. "Celebridad es una popularidad que puede obtener una persona por cualquier motivo, importante o banal -explica el filósofo-. En cambio, la gloria es la buena fama que le corresponde a una acción grandiosamente ejemplar, digna de admiración, imitación y perduración en las generaciones siguientes".
El autor de Razón: portería hablará el domingo en la iglesia de San Carlos, en Módena, de uno de sus asuntos predilectos: la ejemplaridad. Pero, según ha adelantado a El Cultural, ligará su intervención con el tema propuesto por los organizadores de las jornadas. "La gloria es lo sublime cuando se aplica no a la naturaleza o al arte, como es habitual, sino a las acciones humanas. Gloria es el resplandor que irradia una acción humana sublime", explica el filósofo, quien ya dedicó todo un libro (Aquiles en el gineceo o aprender a ser mortal) a este asunto. Es más, gran parte de su obra está de algún modo vinculada a un tema en el que, dice, intervienen conceptos que siempre le han interesado, "como luz, belleza sublime, grandeza, ejemplaridad o imitación".
Gomá defiende que Aquiles es el héroe glorioso por antonomasia. Porque Aquiles salió del gineceo, donde era eterno, y decidió ir al campo de batalla de Troya, donde sabía que iba a morir. "Aquiles eligió una vida corta pero con gloria renunciando a ser eterno como un dios", concluyendo "el mayor acto glorioso del hombre". Un acto que consiste en elegir ser mortal. Dice el filósofo que "todos los hombres y mujeres de la actualidad repetimos ese mismo acto originario del héroe mítico: renunciamos a la infancia y adolescencia, donde nos creemos eternos como un dios, y al socializarnos debemos aprender a ser mortales. En consecuencia, en esa medianía sin relieve del hombre y mujer que, sin manierismos ni extravagancias, viven y envejecen cumpliendo rutinariamente sus compromisos profesionales y cuidando de su casa hemos de descubrir la grandeza del antiguo héroe. El mismo resplandor de la gloria".
ALBERTO GORDO | 12/09/2014 

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