LO QUE ANTICIPÓ
«BLADE RUNNER» Y LO QUE PRONOSTICA EN 2049
«Minority Report», «Desafío total», «Screamers», y, por supuesto, «Blade
Runner» (basada en la novela «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?»).
Todas ellas están inspiradas en relatos del gran autor de ciencia ficción
Philip K. Dick. Este año se cumple el 35 aniversario del estreno de «Blade
Runner» y ya hay fecha para el estreno de «Blade Runner 2049», su secuela: el 6
de octubre.
Pese a que el relato que inspiró este clásico data de 1968, el
autor habla de un futuro en el que muchas de sus visiones se han hecho
realidad. Una de ellas son los coches voladores, como el vehículo de Policía al
que se sube Rick Deckard (Harrison Ford, protagonista de la primera y
nuevamente en la secuela). Ya se sabe el precio del primer coche volador:
250.000 euros. Se trata del Terrafugia Transition. Muy similar al de la
película de «Pixar Aviones», alcanza los 160 km/h en tierra y en aire, tiene
una autonomía de vuelo de unos 600 km y puede llevar una carga de 250 kilos.
«Blade Runner» transcurre en un futuro en el que quienes mandan
son las empresas privadas. Tanto en la tierra como en el espacio. Hoy nos
estamos acercando a ello. No sólo porque, de acuerdo con el Foro Económico
Mundial, hay compañías cuyas ganancias netas son mayores que las de países como
Rusia o Suiza (Walmart con 460.000 millones de dólares es una de ellas), sino
porque su existencia ha provocado que se modifiquen numerosas leyes, que cambie
el modo de comunicarnos, de comprar, de alimentarnos y hasta de trabajar. Y
respecto al espacio, allí tenemos a Space X, la compañía del magnate Elon Musk
que le está echando un pulso a la NASA en cuanto a transporte espacial.
Los replicantes son otro adelanto pronosticado por Dick. Aunque no
existen seres humanos sintéticos a los que haya que someter a un test para
saber si son humanos o no, ya se han desarrollado ojos, corazones, hígados,
pulmones y hasta piel artificial. Y ya existen robots que enseñan a otros
androides. O que ganan a los humanos en ajedrez, Go. Los avances en
inteligencia artificial sorprenden cada año y aún quedan dos para llegar al
2019, en el que transcurre «Blade Runner». Y, por si fuera poco ya hay robots
capaces de disparar armas, como el ruso al que quieren enviar a la Estación
Espacial Internacional.
El reconocimiento de iris, también augurado por Dick, ya lo
llevamos en el bolsillo, al igual que el reconocimiento de voz o la publicidad
dirigida específicamente a quien la está viendo, algo que ya ha empezado a
explorar Phillips. Lo mismo ocurre con las vallas publicitarias flotantes de
neón (drones publicitarios) o la iluminación inteligente.
Lo que debería despertar la señal de alerta es que «Blade Runner»
transcurre en un mundo en el que todos vivimos en grandes urbes. Nunca se ve
una muestra de vegetación, la lluvia es constante y el gris del cielo es casi
omnipresente. ¿Nos está llevando la tecnología a un mundo así? Para eso está la
secuela, «Blade Runner 2049». De lo poco que hemos podido ver en el trailer y
de los pronósticos de los expertos se puede llegar a algunas conclusiones. En
una de las primeras escenas se ve a Jared Leto celebrando el nacimiento de un
androide que es expulsado de un útero artificial... una bolsa muy similar a la
creada una semana atrás por expertos en neonatología del Hospital de Niños de
Filadelfia que permitió completar el desarrollo de una oveja, como si de un
útero sintético se tratase. Otra conclusión que se puede extraer es que la
esperanza de vida de los replicantes, unos cuatro años para que no desarrollen
empatía y sea imposible detectarlos, se ha abandonado. El Instituto Pew
Research anticipa que en 2050 un ordenador será capaz de simular la actividad
cerebral de mil millones de personas. Y es que si la ley de Moore se sigue
cumpliendo, los ordenadores de 2050 serán 10 millones de veces más potentes que
los actuales. La secuela también muestra el potencial de la unión entre
realidad virtual y realidad aumentada, no sólo en el ámbito de la publicidad,
también en la educación, un área en donde la empresa Magic Leap ya ha comenzado
a invertir con ambas tecnologías.
Pero puede haber una explicación diferente, la hipótesis Los
Serrano, por así decirlo. Uno de los proyectos más valorados por Elon Musk, el
mismo de Space X y también del tren ultrarrápido Hyperloop, es Neural Lace; un
sistema para poder volcar nuestros cerebros en un ordenador... y viceversa.
Esto, con los programas informáticos adecuados, nos podría hacer creer que
vivimos en un universo alternativo, una especie de «Matrix». Quizás al final
todo sea un sueño de Deckard. Por las dudas, habría que seguir el consejo de
Ryan Gosling, protagonista de la secuela: «En cualquier caso, cada día me
comporto mejor con mis electrodomésticos».
JUAN SCALITER
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