«Estamos al principio de
algo que ni siquiera podemos imaginar»
Aún se le
pone «la piel de gallina» cuando recuerda el momento en que su equipo halló el
bosón de Higgs
Físico
experimental en el CERN, Guido Tonelli llevaba más de veinte años intentando
«cazar» al esquivo bosón de Higgs, la última partícula prevista por el Modelo
Estándar, y además la responsable de que el resto de las partículas tengan
masa, lo que hace posible la existencia de materia estable en el Universo. Como
director del experimento CMS en el gran acelerador de partículas LHC, Tonelli
vivió minuto a minuto las emociones de uno de los mayores hallazgos de la
Física de este siglo. Este hombre tranquilo y sencillo habla con una claridad
cristalina de las cuestiones más complejas a las que se enfrenta la Física
actual. Una claridad que también está presente en su libro «El nacimiento
imperfecto de las cosas» (Editorial Lince), la apasionante historia del
descubrimiento del Higgs. Para presentar su volumen en España, Tonelli ha
pasado por la capital. —¿Qué recuerda usted del 4 de julio de 2012, día en que
se anunció el hallazgo del bosón de Higgs? —Como responsable del experimento
CMS, ese día estuve allí, en el CERN, disfrutando del anuncio sentado en
primera fila, junto a Peter Higgs y Fabiola Gianotti, que dirigía el
experimento Atlas. Yo llevaba desde finales de la pasada década de los ochenta
tratando de encontrar el Higgs, y por eso ese día fue muy especial. Pero para
mí la emoción más grande no fue la de aquel día. El 12 de julio anunciábamos
oficialmente el descubrimiento, y fue un momento muy emotivo, Peter Higgs no
podía contener las lágrimas… Pero lo mejor, para mí, fue unos meses antes,
cuando empezamos a ver los primeros signos de que por fin lo habíamos cazado.
Aquella sí que fue una emoción indescriptible. —¿Podría tratar de describirla?
—Para un científico que ha dedicado veinte años de su vida a este sueño,
superando las crisis más terribles, la construcción de la máquina, los fallos,
los parones, las dudas…, llegas a pensar que nunca va a poder realizarse. Yo
dirigía los trabajos en el experimento CMS, uno de los cuatro grandes
detectores del LHC, y hacia noviembre y diciembre de 2011, meses antes del
anuncio oficial, empezamos a ver los primeros signos que lo delataban. Me
reunía diariamente con el equipo para hablar de cómo iba la investigación, y
recuerdo que el día de mi cumpleaños, el 8 de noviembre, dos grupos
independientes, los del experimento Atlas y el nuestro, el del CMS, que
generalmente no hablan entre sí, detectaron, cada uno por su cuenta y con
métodos y tecnologías diferentes, un extraño pico en los datos. Nos miramos a
los ojos y no podíamos creer que fuera verdad. Aún hoy se me pone la piel de
gallina al recordarlo… Fue el mejor de los regalos de cumpleaños. —Muchos
científicos dedican su vida a investigaciones cuyos frutos no llegan a ver. No
puedo dejar de pensar que el propio Peter Higgs podría no haber sido testigo
del descubrimiento del bosón que lleva su nombre… —Sí, eso es algo que sucede
muy a menudo. Pasas la vida tratando de demostrar algo y te mueres antes de que
se consiga, sin saber siquiera si tenías razón. Admito que yo he sido muy
afortunado. Ahora estamos al principio de algo que ni siquiera podemos
imaginar. —Desde el anuncio oficial del descubrimiento han pasado casi cinco
años. ¿Qué ha cambiado en este tiempo? —Todo. Ha cambiado nuestra visión del
mundo, y aún sigue cambiando en estos momentos. Aún no sé muy bien cuándo
terminará este reajuste de las perspectivas, ni lo que vendrá después. —Aunque
sea difícil predecir, ¿cuál será el próximo descubrimiento? —Me intriga la
materia oscura, y sería un sueño poder encontrarla en el LHC. Aunque en teoría
es posible, si lo consiguiéramos sería un triunfo enorme. Pero algo más
intrigante todavía ha llegado tras el hallazgo de las ondas gravitacionales. Si
se consiguiera mejorar la sensibilidad de los interferómetros lograríamos
detectar las ondas gravitacionales primordiales, las que generó el Big Bang. Me
vuelve loco la idea de que a nuestro alrededor todo el espacio sigue aún
vibrando debido a aquella explosión inicial. Y el que logre detectar esta casi
imperceptible vibración podrá contarnos mil cosas nuevas del Universo.
eb.
2017 ABC
JOSÉ MANUEL NIEVES MADRID
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