Zygmunt Bauman
El
filósofo polaco Zygmunt Bauman ha fallecido a los 91 años en
Leeds (Reino Unido), localidad en la que residía desde hace años, según ha
anunciado el periódico «Gazeta Wyborzca».
Padre
de la «modernidad líquida»,
Bauman nació en 1925 en Poznan (Polonia), en el seno de una familia judía
humilde que se trasladó a la URSS tras estallar la Segunda
Guerra Mundial. Terminado el conflicto, Bauman regresó a Polonia y
ejerció la docencia en la Universidad de Varsovia, hasta que en 1968 se exilió
de nuevo por razones políticas. Durante unos años vivió en Israel y fue
profesor en la Universidad de Tel Aviv hasta 1970.
Catedrático
emérito de Sociología de la Universidad de Leeds, a lo
largo de su prolífica y dilatada carrera académica impartió clases en
universidades de Estados Unidos, Australia o Canadá, y en The
London School of Economics.
Con
su análisis sobre los vínculos entre la
modernidad, el nazismo y el comunismo posmoderno logró un gran
reconocimiento internacional, que se vio traducido en numerosos premios, entre
ellos el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades
(junto con Alain Touraine, en 2010), el European Amalfi Prize for Sociology and
Social Science (1992) y el Theodor W. Adorno Award (1998).
El
profesor Bauman contribuyó al desarrollo
de las ciencias sociales mediante la creación de conceptos como la
«teoría de la modernidad líquida», que define los tiempos actuales como una era
de cambio y movimiento constantes, en la que el hombre está huérfano de
referencias consistentes y los conceptos son más inestables que nunca. Sus
teorías ejercieron una gran influencia en los movimientos antiglobalización.
Su obra
La
obra ensayística de Bauman, que comenzó en los años 50, alcanzó fama
internacional en los 80 con títulos como «Modernidad y holocausto» (1989),
donde define el exterminio judío
como un fenómeno relacionado con el desarrollo de la modernidad.
Autor
de 57 libros y más de 100 ensayos,
entre sus obras más significativas destacan «La modernidad líquida» (2000),
considerada su obra cumbre, en la que observa cómo el capitalismo globalizado está acabando con la solidez de la
sociedad industrial; «Amor líquido» (2005); «Vida líquida» (2006); «La cultura
como praxis» (1973); «La posmodernidad y sus descontentos» (1997); «La
globalización: consecuencias humanas» (1998); «En búsqueda de la política»
(1999); o «La sociedad individualizada» (2001).
En
2005 publicó «Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias» (2005), donde
exponía las consecuencias inevitables
de la modernización, tales como las migraciones, los refugiados, el
desempleo, la nueva pobreza y la necesidad de fijar identidades.
Pensamientos
En
su última entrevista en ABC, concedida con motivo de
la conferencia que ofreció en la Fundación Rafael del Pino de Madrid tras la
publicación de «¿La riqueza de unos pocos nos
beneficia a todos?» (2014), Bauman aseguró que «la distancia entre
pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes». El filósofo, que
se mostró «úcido, cordial, directo y ágil» durante la conversación dijo que «el
estado de bienestar no fue fruto de una decisión partidista» y tachó de
falsedad «que si los ricos se hacen más ricos será bueno para todos».
Consciente
de que la ciudadanía ha perdido «la fe en las instituciones políticas», Bauman
consideraba que «la soberanía del Estado territorial se ha convertido en una
ilusión» y que «internet provoca más divisiones que unificaciones». «El futuro
está en las ciudades, en los alcaldes», terminó diciendo el filósofo.
ISABEL
PERMUYABC
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