Los fósiles más antiguos de 'Homo
sapiens' revolucionan el origen del ser humano moderno
El hallazgo evidencia que el origen
del hombre moderno no se produjo en el África subsahariana sino en Marruecos
Un
equipo de científicos del Instituto Max Plank ha
encontrado en la localidad de Jebel Irhoud, Marruecos, los restos más antiguos
de Homo sapiens registrados hasta la fecha. Con
una antigüedad de entre 300.000 y 350.000 años, el hallazgo
evidencia el origen del hombre moderno fuera del África subsahariana y antes de
lo que se pensaba.
Los
resultados se han presentado este miércoles en dos publicaciones de la revista Nature para dar a conocer el descubrimiento de los fósiles y la época a la que pertenecen.
El
registro fósil emplazaba en el este de África, en Etiopía, las
primeras formas de Homo sapiens, con una antigüedad de 195.000 años.
El cráneo parcial y la mandíbula inferior descubiertos ahora por el
paleoantropólogo Jean-Jaques Hublin y su grupo, datan de 100.000 años antes y
proceden de un área distinta, lo que abre el debate a nuevas teorías sobre la
evolución de nuestra especie.
Otra
de las dudas más recurrentes sobre nuestra evolución está en si el hombre
evolucionó hace unos 200.000 años de manera rápida o lo hizo de
forma gradual durante los últimos 400.000 años, pues el tiempo
exacto y el origen de las especies que surgieron del humano ancestral dentro
del género Homo no se conocen.
El
punto de división entre el Homo sapiens y
el neandertal o el hombre de Denisova ocurrió hace
500.000 años, aún muy temprano comparado con los fósiles más antiguos que
tenemos ahora de este homínido. Cómo apuntan Chris Stringer y Julia
Galway-Witham en una revisión del trabajo de Hublin también
publicada en Nature, aún pudo existir un punto intermedio con rasgos
arcaicos anteriores a los que conforman la anatomía del hombre moderno, aunque
identificar estos fósiles resulta complicado.
Jebel
Irhoud es un lugar conocido para los antropólogos,
pues en los años 60 ya se habían encontrado herramientas de la cultura
musteriense y restos fósiles humanos de 40.000 años de antigüedad. Como por
aquel entonces aún se creía que el Homo sapiens había
evolucionado del neandertal, en su momento estos fósiles fueron atribuidos a un tipo neandertal africano.
Posteriores
estudios en los años 70 descartaron el parecido del cráneo del hombre de Jebel
Irhoud con los neandertales, pero no se consideró que fuera un Homo sapiens por corresponder a una época
temprana. Los nuevos restos descubiertos ahora por Hublin abren el debate sobre
la especie que habitó en esta zona.
Un
debate de especies entre Hublin y Arsuaga
El
antropólogo español Juan Luis Arsuaga,
codirector del sitio arqueológico de Atapuerca, no
comparte que los fósiles encontrados en Marruecos por el equipo de Hublin se
correspondan con la especie Homo sapiens.
En
declaraciones a EL MUNDO, el investigador ha expresado que estos nuevos restos
que se añaden a los que ya se tenían de ese yacimiento, "siempre se han
considerado como pre-sapiens", un antepasado
nuestro directo anterior al Homo sapiens.
"En
el artículo se demuestra que no tienen nada que ver con los neandertales, pero
el que no sean neandertales, ni antepasados de los neandertales, no quiere
decir que ya sean Homo sapiens. A mí me parece que siguen siendo pre-sapiens",
ha aseverado.
La
clave, según Arsuaga, está en la falta de los rasgos más
típicos de nuestra especie, "como es una frente vertical bien
levantada, una mandíbula con un mentón sobresaliente y bien formado y una cara
realmente "esculpida", más excavada por debajo de las órbitas, en el
maxilar".
Jean-Jaques
Hublin, por su parte, ha contestado a las afirmaciones de
Arsuaga a través de este medio y considera "irrazonable tener que
multiplicar el número de nombres específicos a lo largo de un solo
linaje". De hecho, ha exagerado su argumentación para rebatir al
investigador español: "Algunos genetistas argumentarían que todos los
homínidos posteriores a hace 2 millones probablemente representan una
única especie biológica, en términos de falta de aislamiento
reproductivo [dado que la imposibilidad de tener una descendencia fértil es el
concepto que científicamente se utiliza para describir nuevas especies]".
En
todo caso Hublin no afirma que los homínidos de Irhoud sean como nosotros,
hombres modernos. "La evolución existe a lo largo del tiempo dentro de una
especie. Para mí, Irhoud merece la denominación sapiens tanto
como los restos de la Sima de Los Huesos representan formas primitivas de
Neandertales. En ambos casos el comienzo del linaje es bastante
diferente del final, multiplicar el número de "nombres" no añade nada
a la comprensión de la filogenia", ha concluido.
El
estudio del ADN, que podría arrojar más datos al respecto, no ha podido
realizarse. El paleoantropólogo francés, que ha mencionado en una rueda de
prensa que no se han encontrado restos de ADN en los
huesos del yacimiento marroquí, ha confirmado a EL MUNDO que
las características tan antiguas y las temperaturas tan altas que se dan en
este lugar tampoco han permitido encontrar ADN entre los sedimentos, en
referencia a una nueva técnica que se ha
desarrollado desde el propio Instituto Max Planck para el que trabaja.
Cinco
individuos y numerosas herramientas
El
proyecto desarrollado por Hublin, que arrancó en 2004, ha dado lugar a la
identificación de los restos de cinco individuos a partir de fragmentos
craneales y dientes. La presencia de numerosos utensilios de piedra ha
permitido la datación, en 300.000 años, de estos restos mediante técnicas de
termoluminiscencia sobre sílex incandescente.
Los
investigadores calcularon también la edad de una de las mandíbulas encontradas
en los años 60 que, con los métodos actuales de medida de radiactividad en el
sedimento, concuerda con los datos que han obtenido del análisis del sílex.
MAR DE MIGUEL 8 JUN.
2017
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