Dioniso, un dios para
entender al hombre moderno
David Hernández de la Fuente publica un novedoso ensayo sobre el
Baco romano –una figura poliédrica y ambivalente– que arranca en la Antigüedad
y llega hasta su relevancia en la época moderna. Entre el mito y el misterio.
Dioniso, el
Baco romano, es sin duda alguna el dios más fascinante y polifacético de la
Antigüedad clásica. Su figura ambivalente y portentosa sirve de inspiración y
estímulo constante a los historiadores de la Antigüedad para intentar
comprender la historia de las mentalidades en el mundo grecorromano. Y además
puede ser utilizado con notable aprovechamiento desde la perspectiva historiográfica
de la longue durée, ya que dicha deidad está presente desde muy antiguo y
acompaña todas y cada una de las épocas de la fascinante peripecia histórica de
la Grecia y la Roma antiguas. A su mejor conocimiento se dedica ahora un libro
apasionante de David Hernández de la Fuente, escritor y profesor acreditado
como catedrático de Historia Antigua de la UNED, y uno de los mejores
conocedores de la mitología y la religión griegas en el panorama científico
internacional. Bajo el sugerente título de «El despertar del alma: Dioniso y
Ariadna. Mito y misterio» (Ariel, Barcelona 2017), el profesor e dedica a
contextualizar y explicar la esencia de este dios de las mil caras con muy
variadas perspectivas, pero añadiendo un rasgo que hace del libro una investigación
única y original: la de examinar con detalle todas las implicaciones
históricas, literarias, artísticas, filosóficas y culturales en general de la
relación entre Dioniso y Ariadna como metáfora de la trascendencia. El episodio
del rescate de la durmiente princesa cretense, abandonada por Teseo en la isla
de Naxos, es el leitmotiv de esta magnífica investigación que recorre la
Antigüedad y llega hasta la relevancia de Dioniso en la época moderna, en las
artes y el pensamiento, desde Nietzsche a Richard Strauss, pasando por Vargas
Llosa o Woody Allen. Muchas razones nos hacen elogiar esta obra como una de las
pocas que da cuenta de la multiplicidad de fenómenos que encarna Dioniso en la
historia de la cultura universal. Es difícil resumirlo aquí, pero Hernández de
la Fuente, que conoce bien la scholarship alemana y anglosajona y es a la vez
escritor de narrativa, logra una excelente síntesis entre erudición y
literatura en un trabajo que recorre la larga trayectoria histórica de Dioniso
acompañando a las fuentes literarias y materiales de la Antigüedad. Veamos
algunos temas clave del libro.
Atestiguan por
primera vez su presencia las tablillas micénicas de Cnoso en el siglo XIII
antes de Cristo, pero el dios del éxtasis seguirá muy presente en la religión
griega a lo largo de la época de los siglos oscuros y la consolidación de la
polis como espacio vital heleno. También la época arcaica, como muestran las
representaciones de cerámica antigua –como el llamado vaso François, donde
aparece con la corte de los dioses como una figura singular y inolvidable– verá
crecer la importancia sociopolítica de Dioniso. Nos recuerda esta obra cómo en
la polis clásica alterna su ambivalencia entre la ciudad y el campo, el teatro
y los misterios, lo público y lo privado, lo masculino y lo femenino, como dios
que se mueve bien entre los mundos: lo retrata Eurípides en su misteriosa obra
póstuma «Las Bacantes» como epítome de la potencia divina y de los inefables
misterios griegos, pero también es el dios del simposio, esa manifestación
ciudadana tan típicamente griega, o del teatro, verdadera escuela de la democracia
ateniense. Y encarna como pocas otras deidades la característica combinación
del espíritu griego entre el individualismo y el afán por las empresas
colectivas en las poleis en sus épocas gloriosas. Pero también es un Dios
filosófico, aprovechado por pensadores de muy diversa índole, desde Platón en
adelante. Esto lo señala especialmente el profesor Hernández de la Fuente, que
postula una suerte de «filosofía dionisíaca» en un hilo incesante hasta la
actualidad. Dioniso, dios de la utopía religiosa, será también un dios
predilecto para las artes, como se ve en la cerámica, la estatuaria o la
pintura, de las que el libro cuenta con una selección de unas sesenta piezas,
con un pliego a todo color.
Sin duda la
aportación más original del libro está en su parte central, el capítulo
dedicado a Ariadna, que es perfilada como la clave femenina en la religión de
este «dios de las mujeres» (como fue definido por J. J. Bachofen, por ser sus
seguidoras principales las bacantes): Ariadna es estudiada desde la Antigüedad
en el contexto del arte europeo como símbolo del creciente poder salvífico de
Dioniso, según se desarrolla su figura en la mencionada perspectiva de la larga
duración. Otra vertiente estudiada con gran acierto es la política, pues aparte
de sus matices utópicos Dioniso será adoptado como patrón por los poderosos
desde que Alejandro Magno se comparase con él en su camino a la India, y
posteriormente, en la Roma republicana e imperial, será venerado por el pueblo,
como en las bacanales que tuvo que regular el Senado romano, pero también por
estadistas como Marco Antonio o Galerio, que fueron devotos de él. Lo más
apasionante es que Dioniso acompaña la travesía histórica del mundo
grecorromano hasta su propio final, porque será el dios más asimilado a Jesucristo
como divinidad redentora a través de su sangre, con la metáfora consabida del
vino, y su culto pervive hasta muy tarde, en rincones apartados del Imperio de
Oriente. Especial interés tiene el capítulo dedicado al Dioniso tardoantiguo,
que pasa revista a las interpretaciones neoplatónicas y cristológicas,
recogiendo el testigo de esa Ariadna dormida que pasa a ser ya sin duda un
trasunto del alma. Pero el dios vivirá para siempre gracias a las recreaciones
literarias y artísticas que llegan hasta hoy, desde el revival dionisíaco de la
Alemania del siglo XIX, con Schelling y Nietzsche sobre todo. Su prodigiosa
recuperación llega alcanza la modernidad y se puede decir que desde entonces
cada generación ha tenido un Dioniso, desde las guerras mundiales a la
actualidad, pasando por la cultura underground de los años 60 y 70. Defiende
este libro que, por su tratamiento de lo irracional y lo creativo, hemos de
volver sobre él no solo para intentar entender a los antiguos sino también
porque es curiosamente el dios que mejor nos permite entender al hombre
moderno. Por todo lo expuesto, «El despertar del alma» me parece el libro más
importante y ambicioso de su autor, que se convierte en imprescindible para
comprender el impacto de Dioniso –explicado también a través de su cónyuge
Ariadna– en la historia de la cultura. El autor ha escrito una obra única en su
género, históricamente impecable, sugerente en cuanto a la red de asociaciones
creativas y filosóficas que propone, de una erudición profunda y sencilla a la
par, y un magnífico estilo literario. Por mérito propio, creo yo, se convertirá
también en una de las aportaciones españolas más importantes sobre el tema en
el panorama bibliográfico internacional. Si a eso le añadimos la impecable
edición de Ariel, con tapa dura e ilustraciones en color, tenemos, insisto, un
libro admirable e imprescindible.
De Nietszche a
las drogas
Es difícil
entender al hombre moderno sin Dioniso, desde que Nietzsche (en la imagen)
teorizara sobre el impulso dionisíaco, Freud hablara de las pulsiones del
subconsciente utilizando temas relacionados con el dios o Jung lo asociara con
los arquetipos míticos más profundos. Faltaba una visión de conjunto que
aunara, como haceesta obra, las fuentes sobre los mitos y religiones antiguas
con la enorme recepción de Dioniso en la era moderna, en el pensamiento pero
también en la novelística de Thomas Mann o D.H. Lawrence, en el teatro español,
en las performances del arte contemporáneo o en el cine más reciente. En este
libro se ve cómo Dioniso sigue muy presente hoy, desde el énfasis de la cultura
contemporánea en la violencia y las drogas, pero también en los tratamientos
antropológicos de Dodds, Girard o Burkert. Es una divinidad que permite tomar
en consideración diversas facetas de la psique humana que siguen inspirando a
la reflexión y la creación.
28 de mayo de 2017. 22:17hPedro
Barceló.
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