REFERENTES
CIENTÍFICOS
La
opinión de los científicos, tan valorada por los ciudadanos, debería ser una
referencia para la organización social
Las encuestas de opinión confieren un alto grado de credibilidad al
científico en la sociedad española. Los científicos aventajan en fiabilidad a
otros muchos profesionales. En el ámbito internacional sucede algo parecido, la
opinión y el criterio de quienes cultivan la investigación científicotécnica goza
de mejor reputación que la de los políticos, por ejemplo.
Sin embargo, la pregunta es hasta qué punto esta valoración positiva se va
traduciendo en un apoyo suficiente a la práctica de la investigación. Por qué
instituciones como la Universidad en España no se gobiernan de forma que el
peso de los mejores científicos en su gestión sea el determinante, o que la
calidad del trabajo investigador sea definitiva para acceder a la
responsabilidad rectoral. Y, sobre todo, en qué medida la Ciencia y la Tecnología
inspiran las decisiones de gestión pública, porque muchas de las disposiciones
y normas que aprueban los parlamentos necesitan estar basadas en una Ciencia
fundamentada.
Las limitaciones afloran con fuerza en cuestiones complejas que constituyen
problemas globales. Entre ellas, el cambio climático, las fuentes de energía
del futuro, el desafío de las enfermedades emergentes, etc. Son problemas que
no tienen una respuesta inequívoca y que han de considerarse dentro de un
universo social, que tome en cuenta el futuro del desarrollo económico o los
desequilibrios de la población. Hay que admitir que los planteamientos que
aportan las ciencias sociales suelen estar afectados por ideologías con lo que
su racionalización resulta más difícil. Los informes del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático con frecuencia se ven condicionados por
exigencias diversas que se plantean para alcanzar el consenso suficiente. Esa
articulación entre práctica científica independiente y de calidad con una
actitud diplomática se compadece mal con el abordaje de los problemas que la
humanidad tiene que afrontar. Hay que abogar por que la opinión de los
científicos, tan valorada por los ciudadanos, constituya una referencia real
para la organización social.
CÉSAR NOMBELA ABC 13 abr. 2015
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