19/3/13

Maquiavelo y el maquiavelismo

En el artículo que adjunto, Julio Crespo, explica el contenido de una biografía (Corrado Vivanti, Los Tiempos de la Política) sobre Maquiavelo. Es una descripción interesante porque nos ayuda a hacernos una idea de la vida y de las aportaciones de este autor renacentista.

MAQUIAVELO NO FUE MAQUIAVÉLICO
Cinco siglos después de la publicación de «El Príncipe», Maquiavelo ha adquirido la categoría de mito. Su biografía definitiva desmonta los tópicos en torno a su figura



El Renacimiento fue una de las épocas más fascinantes de todos los tiempos. Muchos de sus grandes personajes dejaron una huella indeleble en la Historia de Occidente; entre ellos, Nicolás Maquiavelo, padre de la ciencia política. Pocas figuras tienen el honor de que su obra inspire un adjetivo, el de maquiavélico, (…) se refiere a quien actúa con astucia o doblez, o sigue la doctrina de Maquiavelo, que tanta controversia ha suscitado a lo largo de la Historia.

El Príncipe, la obra maestra de Maquiavelo, fue incluida en la lista de libros prohibidos por la Iglesia católica. Sin embargo, esta especie de manual de autoayuda para políticos y gobernantes ha sido el libro de cabecera de numerosos estadistas en los últimos cinco siglos. Entre las múltiples ediciones de El Príncipe, una especialmente exitosa fue la publicada con anotaciones del propio Napoleón. Pero entre sus lectores figuran personalidades eminentes de muy diversa índole, pues no sólo es una guía indispensable para abrirse camino por la procelosa senda de la política y los asuntos de Estado, sino también para todo el que aspira a dirigir colectivos humanos, sobrevivir en cualquier ámbito profesional o simplemente entender cómo funciona el poder.

La vida de Nicolás Maquiavelo es muy enigmática, como la de otras figuras del Renacimiento –Cristóbal Colón o Leonardo da Vinci– (…)

Vida corta, vida larga

(…) La obra de Maquiavelo es el fruto de las muy diversas actividades que llevó a cabo a lo largo de sus cincuenta y ocho años de vida; una existencia corta según nuestra perspectiva, pero que hace justicia a la máxima de su contemporáneo Leonardo da Vinci: la vida bien aprovechada es bastante larga.

¿Mente diabólica?

(…) Maquiavelo es secretario de la Segunda Cancillería de la República florentina, una experiencia indispensable para escribir El Príncipe muchos años después. Muy importante también es la época en la que Maquiavelo se ve forzado a exiliarse de Florencia (…)

La imagen que más ha trascendido de Maquiavelo es la de un personaje siniestro poseído por pensamientos diabólicos para alcanzar ambiciones frustradas. A él se atribuye la frase « El fin justifica los medios». Sin embargo, el verdadero Maquiavelo nada tiene que ver con este mito, (…) Maquiavelo es un observador privilegiado de la política en la época del papa Alejandro VI y su hijo César Borgia, en la que la inmoralidad y la corrupción están indisolublemente asociadas al poder.

Un gran humanista

El secretario florentino tuvo el talento de saber elaborar un manual de supervivencia basado en prácticas nada ejemplares que, sin embargo, estaban a la orden del día entre los representantes políticos. Pero el hecho de haber analizado y clasificado dichas prácticas no significa que él las compartiera. De hecho, a juzgar por su trayectoria, Maquiavelo no fue capaz de aplicarse muchas de sus propias recetas. Después de la caída de los Medici, vuelve a Florencia con la esperanza de recuperar su puesto en la Cancillería y fracasa. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, no supo lucrarse con sus cargos públicos, y murió como vivió: pobre.

Por último, como escritor no sólo es el autor de El Príncipe, sino un gran humanista (…), destacó en diversas ramas de la literatura y del saber, y merece ser recordado también como autor de una fascinante Historia de Florencia, de El arte de la guerra e incluso de una obra de teatro como La Mandrágora.

JULIO CRESPO   ABC CULTURAL 16.3.13

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